miércoles, 17 de enero de 2007

Manantiales de la naturaleza

El 15 de enero culmine un periodo de vacaciones, el viernes estuve en Santa Rosa de Cabal en los termales, como se conocen en Pereira, es un sitio al cual se debe pagar por el acceso, esta ubicado a unos 4 kilómetros de Santa Rosa, generalmente se encuentran filas a la entrada, hombres custodios fuertemente armados, no se pueden ingresar alimentos, cada persona y sus pertenencias son revisadas, es todo un cuento, casi un operativo donde cada individuo es medio culpable, claro para ingresar en las piscinas, se debe usar un traje de baño, se disfruta de una gran población de meseros, el licor adiestra las mentes, mientras se pague el derecho a consumirlo y engordar las cajas registradoras del sitio, puede correrse el peligro de compartir piscina con borrachos, traquetos, toda clase de gente que tenga la capacidad para llegar al sitio, consumir un servicio y claro las piscina térmica es una terapia relajante, la privatización de este manantial no pasa de unos 12 años, limitando la atención a las llamadas rutas ecológicas; el domingo visite un sitio desbordante de belleza, agua, tierra, mas que rutas ecológicas, caminos viejos donde se aglomeran los pasos en busca de los charcos, todo esto a 20 minutos de Pereira, arriba de Kenedy, un sitio conocido como San José, pero de siempre lo han llamado las cristalinas, el sol generalmente entra poco por la espesa naturaleza, igualmente se requiere un traje de baño, pero no importa si no se lleva, lo aconsejable es no llevar billetera, dejar el reloj, guardar el celular en casa, utilizar una pinta barata para dejarlo sencillo, lo aconsejable diría yo es no ir con mujeres, no porque molesten, estorben o no puedan seguir el ritmo, pero si es un ambiente de respeto, claro se ven muchas niñas, señoras, muchachas, pero no de las que uno esta acostumbrado a tratar, casi todas las que vi arriba en los charcos, caminaban entre las ramas, saltaban de las peñas y fumaban marihuana, no es que yo este mostrando un arribismo, la verdad me gusta mas el paseo a las cristalinas, pero es extraño, aunque nadie nos molesto, pero ya uno se acostumbra a vivir en una comunidad lejos de esto, sobre el río se ve mucho el tan famoso paseo de olla, a historias que tiene el lugar, el domingo una niña de quince años estaba contando como un mes atras una de sus amigas había muerto al darse contra una roca, luego de saltar de una peña, este si que es un paseo, como lo pudo comprobar un amigo, el cual vive en Gamma, no conocía el sitio, es un lugar agreste, violento, cuenta con charcos como la cueva, dos piedras gigantes que cierran el entorno mientras cae con gran fuerza el agua, el ataúd, una peña como de nueve o mas metros, en la cual han muerto personas, otros charcos mas pequeños, con tienda incluida, fritanga, papa chorriada, chorizo, chunchulla, un sin número de alimentos, claro nosotros no fuimos ajenos, saltamos de todas las peñas, caminamos por puentes colgantes, toda la ruta hacia los charcos es especial, la comida buena aunque no tan saludable.
Los dos sitios son hermosos, aunque ambos han sido afectados por la presencia humana, pero generan un contraste único, a las cristalinas puede acceder cualquiera, claro siempre y cuando asuma el riesgo, pero no se ven los mismos personajes en uno y otro sitio, los termales son conocidos por todo El eje cafetero pero es costosa su visita, de las personas que frecuentan las cristalinas me atrevería a decir que no más del veinte por ciento conozcan los termales y de los que estaban en termales quizás el 20 por ciento o menos conozcan las cristalinas, resulta contradictorio como crecen barreras invisibles, rutas secretas, a uno y otro lado de la sociedad.

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