domingo, 17 de agosto de 2008

Mi cama es la suavidad de la piedra, la solución a esa masa latente de pasos, al cumulo de recobecos y mentiras que se acumulan en la calle, el frío que se cubre con noticias pasadas, frases rotas, defunciones, anuncios de compraventa y relatos adultos, mi sueño es volar muy alto, lejos de esta ciudad y todos sus rostros, participar de un nuevo porvenir, sentir que se puede cambiar, pero es otro sueño mas, roto entre los cristales se convierte en lagos de ilusa esperanza, la realidad no es latente ni palpable, se transforma como el resultado a tantas decisiones, pero siempre es posible romper cadenas, eso es lo que retumba en las baterías, la melodía que viaja llena de emociones, las guitarras que suenan, los bajos que dan sabor a las notas, de pronto en medio de la confusión entro la noche chocando de frente la cabeza, volvió un hecho a la memoria, vivir, sentir el viento que rompe en la montaña, sonreír mientras el puño rompe el espejo y sangra, vivir es batir los limites y olvidar los prejuicios, el vació cobra vida y la oscuridad deja de ser tiniebla es llamada la sociedad, todo es tan racional, ahora ya recordé el porque del bar, los tragos, la muerte poco natural, la soledad, los loqueros y sus locos, la maldad y su inquicidor, el ladron y el policia, el empleado y el patron, pagar las cuentas, leer la prensa, mentir en nombre de la verdad, existen cosas que nunca tienen final.

domingo, 3 de agosto de 2008

Recuerdo

En tu sonrisa gesticulada en pocos segundos se enredaron todos los pensamientos de una eternidad, en una orgía pretenciosa la noche se postro en la tarde y las luces de la mañana se ocultaron para mantener el secreto de la velada, no fue amor, era tejer un camino lejos del temor y la necedad de necesitar, untados con la pasión y el deseo gastamos tanto el cuerpo que nuestros labios ardían, la primavera no existía, juntos tocamos los limites del universo, aquel día llovieron gotas saladas, como si el mar estuviera en el cielo.
Amaneció como un día cualquiera, las sombras aun siguen despiertas, aunque el frío de la creación en serie toma el rostro de la mañana, la ventana opaca en su marco, corroída, arruga el cristal en el primer bostezo que no se cuaja, adentro cerca de la cama descansan aun las sabanas arrugadas, los sueños en ese juego de pretender tener vida, el teléfono que hacer con el, hoy como aller es un silencioso compañero, no repica, no grita, no habla, así la ilusión se queme al escuchar un error, un repicar equivocado, no hay tiempo para la ducha, el desayuno es otra forma para silenciar la espera, escuchar esa voz suave, las caricias que despiertan su voz, recuperar la cordura, en su voz la razón, aunque ya van tres días y de sus vientos me alejo, todo fue un beso tibio, aun espero tener su amor, recuerdo cuando en sus olas sumergía las dudas, en tu playa cubría el cuerpo del temor, me sumergía dejando arriba el aire para encontrar el color, la vida, la danza de las mareas pacíficas, la inmensidad momentánea de perderse en los sentidos, mas aun recuerdo que la edad llena de picaduras, de sudorosos recuerdos, de vagos momentos, había pasado, como pudo de nuevo surgir ese terremoto continuo de entregar la esperanza a una embarcación ajena, sigo apegado a la silla, taladrando con una broca de tres pulgadas mi desgastado cerebro, declarándome ebrio en la ansiedad, la puerta, no me importa su ruido, no me interesa saber quien la golpea, cuando se que los lazos que nos separan se cuelgan de los alambres del teléfono.