viernes, 4 de mayo de 2007

La textura genera un cúmulo de sensaciones, las lisas y suaves permiten generar emociones rápidas, directas, paralelas a las emociones, tomar las acuarelas, vaciar los tonos básicos y construir colores significativos, el violeta por ejemplo causa ese choque sicodélico, esa muestra exagerada de color lejos de lo sensible adecuado para las líneas internas que se mezclan, lo básico de la textura, deslizar el pincel con un tono ocre, oscuro, compacto, cauto como las palabras que surgen rasgando la voz, bajando el volumen, ocultando los detalles, guardando los misterios, manteniendo la esencia limpia, después tomar el color del pasto encendido, el color de la selva, el verde que cubre la tierra, líneas que se prolongan en el horizonte, vuelven y se dibujan, se sumergen, logran pasar el cuerpo hacia el interior generan esa sensación de ser el primer tono, las líneas verticales toman encima el rojo sangre, pasión, el tono del desastre, el tono de las masacres, las imágenes de brazos que caen, de sierras que atormentan, aunque el llanto es transparente cuando su motivo es el dolor de la injusticia, de la muerte por brazos asesinos, el llanto debe ser pintado de rojo, aunque también es el rojo un color siempre joven, casual, da en el punto, crea la necesidad de volver al maquillaje, de volver al duelo, de vestir el cuadro con el color negro, tono de reflexión, de impotencia, el cual es capaz de concentrar la luz y no dejarla salir, es el adecuado en la noche, suavemente deslizando líneas horizontales, luego curvas, trazos cortos, espacios profundos, las líneas que se prolongan y se hacen invisibles, el color de la esperanza, de la primavera, del calor, el amarillo da un brillo irreal, caracteriza la imagen en normalidad, en frescura, en ilusión, el azul humecta, baña, riega, corre con vida propia, cae en cascadas circulares, pierde la onda en mareas lejanas, se deja llevar cubriendo en totalidad todo lo demás, toma vida propia, superpone realidades, baja la temperatura, llega como borrasca llevando a su paso todo lo que flota, esperando que el cuadro tome su forma y prenda el deseo, la tibieza de un pecho madurando y dejándolo seco, es la piel esa superficie que deambula, esa textura que enamora hasta las costas de la perdición donde respira el amor, no tiene color y los tiene todos, el amor no sabe de palabras, no se puede pintar, se transmiten momentos, se interpretan miradas y gestos, se deducen uniones, se pintan recuerdos, quedando impresiones detenidas en el tiempo.